Soy de esas mujeres que tienen el “privilegio”, de sólo haber sufrido lo “normal”. Ya saben, una nalgada en el bar, un insulto vulgar mientras camino en la calle, un
¡Yo sí creo en Dios! Decir que crees en Dios parece un acto revolucionario en un mundo donde no está de moda creer en Dios.Los humanos hemos usado infinidad de
Ahí estaba, en esa casa a la que había prometido nunca entrar. No sabia como la habían convencido pero no pudo rechazar la invitación. Se encontraba aterrada. Ya llevaba bastante