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¿Crees en Dios?

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noviembre 19, 2020

¡Yo sí creo en Dios! Decir que crees en Dios parece un acto revolucionario en un mundo donde no está de moda creer en Dios.

Los humanos hemos usado infinidad de palabras vacías para nombrarte: Dios, Padre, Dios Padre, Señor (nada más lejano y formal), Buda, Alá, Yahveh, Jehová, Universo, Energía, Destino, Propósito, ALGO superior a mí… hemos tratado de ponerle nombre a lo innombrable.

Hemos encontrado mil maneras de adorarte, rezando en la iglesia, en la sinagoga, en el templo, en la mezquita, haciendo yoga. Yo más que adorarte prefiero amarte, así como en silencio. Cuando me siento agradecida, cuido de mí, de mi salud, de mis relaciones, y del mundo; cuando me siento sobrecogida, expreso mi alegría bailando, cantando, escribiendo; y así es como te amo.

Nos hemos peleado los unos a los otros por convencernos que nuestra versión de TI es la verdadera, hemos hecho las peores atrocidades en tu nombre. Cuando las religiones hacen enemigos a los hombres… se alejan de ti.

Te hemos buscado en todas partes, sin saber que TÚ estás dentro de nosotros. No importa la manera que prefiramos usar para comunicarnos contigo, hay a quienes la religión les funciona y encuentran paz rezando, hay quienes prefieren hacerlo mientras hacen ejercicios, otros practicando yoga, otros pintando, cantando, escribiendo y otros admirando tu obra en la naturaleza, mi papá es uno de esos, y yo es en donde más cerca me siento de TI. Creo que el camino a Dios es muy personal, y respeto el camino que cada quien ha elegido, al final creo que lo único que tenemos que hacer para vivir en TI es respetarnos, hacer el bien y ver por el otro. No puedes recibir si no das, y nunca recibes más que cuando compartes.

Te hemos hecho responsable de todo; de lo bueno, de lo malo y de lo demás. Si estamos enfermos, TÚ nos vas a sanar; si estamos sanos es porque TÚ nos estás cuidando; y si no sanamos y morimos, es porque TÚ sabes lo que haces. Y esta manera de pensar lo aplicamos a cualquier cosa que queramos, incluso a las acciones de los demás: Dios, ¿cómo permitiste que tal persona hiciera eso?

Te hacemos también responsable de nuestros errores, cuando nosotros somos los únicos que tenemos que afrontar las consecuencias de nuestras decisiones. Esperamos que, si te rezamos con suficiente fervor, vas a poder ir en contra de la naturaleza: ¡Dios por favor que se salve! Incluso negociamos contigo y te ponemos condiciones: ¡Te prometo que, si consigo ese trabajo, voy a despertarme temprano todos los días para rezar! Y es sólo cuando en lugar de pedirte, agradecemos todo, lo bueno y lo malo, que te encontramos, acompañándonos, dándonos alivio y paz. No puedes evitar que las cosas pasen, no es tú responsabilidad, ni de nadie, las cosas pasan; TÚ solo puedes acompañarnos, ayudarnos a encontrar nuestro centro para volver a encontrar nuestra paz.

Nos hemos vuelto fans de la culpa, manipulamos a través de la culpa, las religiones son expertas en hacernos sentir culpables. Te culpamos a TI, nos culpamos a nosotros mismos por nuestros deseos y culpamos al otro si su conducta nos abruma o si ellos logran satisfacer sus deseos por lo que nosotros nos sentimos culpables.

¿Por qué creemos que hay algo malo en nosotros, que somos pecadores, que la sexualidad es mala? El sexo es un regalo que nos permite compartirnos física y espiritualmente con otra persona. El sexo también puede ser sólo placer, si las dos personas son adultos y están de acuerdo en asumir las consecuencias, adelante.

No tiene sentido seguir culpándonos, hay que salir a disfrutar de la vida. Gozar, cantar, bailar, divertirse; permitirnos sentir dolor, pero no quedarnos en el sufrimiento. ¡Disfrutarlo todo!

Te tenemos miedo, las religiones te han puesto como un dios castigador. Creemos que nos juzgas, criticas, que te enojas, te molestas y nos castigas. Debemos dejar de tenerte miedo, de pedirte perdón, no tenemos nada de que pedir perdón y en caso de que hayamos hecho mal a alguna otra persona, es a esa persona a quien debemos pedirle perdón, porque perdonarme a mí misma y perdonar a quien me hizo mal es lo que me libera a mí. TÚ nos hiciste llenos de pasiones, de limitaciones, de placeres, de sentimientos, de necesidades, de libre albedrío, de incoherencias. ¿Cómo podrías castigarnos por responder a lo que TÚ pusiste en nosotros?

Nos vendieron la idea del cielo y del infierno como si fuera algo que nos tenemos que ganar o que tenemos que pagar, y la compramos, pero nadie nos dijo que nosotros creamos nuestro propio cielo y nuestro propio infierno aquí en la Tierra. Dios no creó un lugar en donde quemar a sus hijos que se porten mal por el resto de la eternidad, ¿qué clase de dios haría eso? Si agradecemos lo mucho o poco que tenemos y tratamos al otro con amor, es lo que se nos va a reflejar y vamos a vivir el cielo; si por otro lado vivimos con culpas, odio y rencores, no va a importar los bienes materiales que tengamos o no, vamos a vivir nuestro propio infierno, hecho a la medida.

Esta vida no es una prueba, ni un escalón, ni un paso para llegar al paraíso. Esta vida es lo único que hay aquí y ahora. No sabemos que haya después, pero debemos vivir como si esta fuera la única oportunidad de disfrutar, de amar, de existir. Así, si no hay nada, pues habremos disfrutado de la oportunidad que nos diste. Y si lo hay, te podremos responder sí nos gustó, sí nos divertimos, lo que aprendimos, y lo mucho que lo disfrutamos.

Le tenemos tanto miedo a la muerte que también te culpamos por ella, como si fuera el peor castigo que nos pudiste haber dado. No entendemos que lo único que se necesita para morir, es estar vivo.

Es difícil aprender que la gente hace cosas, no nos hace cosas. Somos tan egocéntricos que creemos que todos están pendientes de nosotros, cuando cada quien está viviendo su realidad, haciendo lo mejor que puede con lo que tiene y con lo que es; así que nadie puede dañarnos si nosotros no lo permitimos.

Los únicos mandamiento que tenemos que seguir para estar en TI son: respetarnos, a nosotros y a los demás; y no hacer a los demás lo que no queremos para nosotros. Sólo tenemos que poner atención y que nuestro estado de alerta sea nuestra guía.

Todos buscamos con tanto ahínco nuestro propósito de vida, sin darnos cuenta de que nuestro único propósito es encontrarte; entre el miedo, la ausencia, la injusticia, la tristeza.

Yo no creo que Dios sea una persona. Dios es para mí la vida misma, que nos mueve, que nos enseña, que nos motiva, que nos sacude, y que nos ama. La vida está en todos nosotros, y es así como Dios está en todas partes. Dios soy yo, eres tú, somos todos, no importa de qué país seas, de qué condición social, ni de que raza o religión.

La vida es nuestra escuela más importante y más estricta de todas, aquí o aprendes o aprendes. Podemos tomar las lecciones las veces que queramos, pero las lecciones son cada vez más difíciles y se repiten eternamente hasta que aprendemos. Las lecciones son claras si nos permitimos estar en silencio y escuchar esa parte de nosotros, esa parte de Dios, que sabe todas las respuestas.

La vida es increíble y tiene las más maravillosas instalaciones. No entiendo como pasamos tanto tiempo encerrados, inmersos en la rutina cuando tenemos jardines, montañas, mares, lagos, cavernas, cielos, playas, selvas, bosques, pinos, nieve, sol, lluvia, arena, bosques, ríos y lagos, entre otras maravillas. Es aquí en donde expresas el infinito AMOR que nos tienes. ¿Si este mundo está lleno de maravillas, porque necesitamos más milagros y explicaciones?

No necesito creer en TI, porque te siento en MÍ, en mis ganas de vivir, en mis ganas de ayudar, en mi mirada al otro. Si no te encuentros en un beso, en una mirada, en una caricia, en un perro, en el mar, en mi cuerpo; si no puedo verte en un amanecer, en un paisaje, en la mirada de mi familia, de mis amigos, en los ojos de un niñoentonces no te encontraré en ningún lado.

“No me busques afuera, no me encontrarás. Búscame dentro… ahí estoy, latiendo en ti.”

El peor de los pecados es no vivir la vida y no ser feliz, pero entendiendo la felicidad como un camino, no como un destino.

Me he debatido mucho en como rezarte, como comunicarme contigo. Mi mejor amiga, Ale, me dijo que cuando pida por alguien, sólo pida porque encuentre su centro, porque te encuentre a TI dentro de ÉL. Confío en TI y a partir de hoy dejo de pedirte, no voy a decirte como hacer tu trabajo. Hoy quiero sólo agradecerte, por mi vida, por lo bueno y por lo malo, porque hoy sigo viva y por todo el amor que hay a mi alrededor, en diferentes manifestaciones, pero amor.

Yo te amo porque amándote me amo; te busco, porque al encontrarte me encuentro. Porque YO soy TÚ y TÚ eres YO, y eres Universo, eres Naturaleza y eres Energía y eres mi Hermano y eres Vida.

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